Encuentros de Lecturas, 22/05/2012
«La literatura debe hacer la crónica de la extrañeza», afirmaba José María Merino. Y esa declaración de principios recorre la dilatada trayectoria que le ha convertido ya en un clásico del relato breve en español. Con selección y prólogo de Juan Jacinto Muñoz-Rengel, Páginas de Espuma acaba de publicar La realidad quebradiza, una antología que reúne algunos de los cuentos y minicuentos más significativos y memorables de uno de los referentes imprescindibles del género.
El excepcional contador de historias que es José María Merino se mueve en estos textos en su territorio narrativo predilecto, allí donde se diluyen las fronteras entre la vigilia y el sueño y la fantasía invade con naturalidad los espacios cotidianos en unos relatos en los que la realidad enseña sus abismos vertiginosos o sus iluminaciones.
El volumen se cierra con una larga e intensa conversación sobre la ficción, su forma de explicar el mundo y el sentido de lo fantástico en el Café Comercial entre el editor y el narrador en la primavera de 2011. Es el segundo título de la colección de antologías Vivir del cuento que inauguró la imprescindible recopilación de Hipólito G. Navarro El pez volador.
Un Idioma sin Fronteras, Radio Exterior, 21/05/2012
José María Merino y Juan Jacinto Muñoz-Rengel entrevistados por Susana Santaolalla a propósito de La realidad quebradiza, en Un Idioma sin Fronteras, Radio Exterior.
El Ojo Crítico, Radio Nacional de España, 18/05/2012
José María Merino y Juan Jacinto Muñoz-Rengel entrevistados por Laura Barrachina a propósito de La realidad quebradiza, en El Ojo Crítico, Radio Nacional de España.
Agencia EFE, 18/05/2012 *
Por Ana Mendoza.
«A la literatura le corresponde hacer la crónica de la extrañeza». Con esa convicción, José María Merino lleva más de 30 años publicando cuentos que suelen reflejar «una mirada fantástica de lo cotidiano», como se puede comprobar en la antología «La realidad quebradiza» que se publica ahora.
Para esta antología, publicada por Páginas de Espuma, Juan Jacinto Muñoz-Rengel ha seleccionado una muestra representativa de la decena de libros de cuentos y microrrelatos publicados por Merino, un género del que es un incuestionable maestro y que le gusta de forma especial, aunque también le encanta adentrarse «en las espesuras de la novela», como afirma en una entrevista con Efe.
«Pero la aventura de la novela es mucho más complicada, exige mucho más tiempo. Lo bueno del cuento es lo que tiene de instantáneo, de aventura fugaz, si se puede decir así: entras en un territorio apasionante y permaneces en él solo el tiempo suficiente para ver lo más interesante, lo sustantivo. Y te vas a buscar otro territorio», señala este escritor y académico de la Lengua, cuya trayectoria ha merecido numerosos premios.
Coruñés de nacimiento, pero leonés de adopción, Merino está «muy satisfecho» con la selección que ha hecho Muñoz-Rengel porque recoge «acertadamente los diferentes aspectos» de su obra breve, desde sus primeros cuentos hasta los últimos minicuentos. «Es un testimonio sintético, especialmente fiel y riguroso, de lo que ha sido mi trabajo», dice.
«La realidad quebradiza» contiene una singular introducción, escrita en clave de humor, en la que el antólogo realiza un «Viaje al centro de la mente de José María Merino» y encuentra increíbles dosis de curiosidad, «todo tipo de misterios», «fascinación por los motivos fantásticos, y la determinación de pasar el resto de la vida explorando los límites imposibles de la mente y del universo».
En su exploración, el autor de «El asesino hipocondríaco» ve también otro de los grandes temas de la literatura de Merino: «la memoria como evocación y reconstrucción poética, la memoria como base de la identidad», y tropieza con la sorprendente imaginación del autor de «Cuentos del reino secreto», su primer libro de relatos.
Tras ese título vendrían «El viajero perdido», «Cuentos del barrio del refugio», «Cinco cuentos y una fábula», «Cuentos de los días raros» y «El libro de las horas contadas», además de numerosos minicuentos.
Como ejemplo de sus microrrelatos podría servir el de «Temores infundados»: «Esta mañana me he despertado con un miedo angustioso a no poder volar, y la desagradable impresión persistía mientras iba subiendo por la escalera de la terraza, con la gabardina bien ceñida y mi cartera colgada de una mano. Sin embargo, me he lanzado al vacío, he emprendido el vuelo sin problemas, y he llegado con toda puntualidad a la oficina».
Nada como la ficción, la literatura, dice Merino en la larga entrevista que cierra el volumen, «para profundizar en el conocimiento de lo que somos, de cómo nos comportamos, de cómo amamos u odiamos, de nuestras actitudes y modos de sentir más hondos e inexpresables».
¿Y serviría la literatura para tratar de comprender la crisis económica que padece medio mundo? «La literatura -le dice Merino a Efe- nos puede explicar las repercusiones humanas, tanto íntimas como sociales, del fenómeno. Lo demás tendrían que explicárnoslo los responsables políticos mundiales, los banqueros, los que toman las decisiones financieras, que hagan lo que hagan disfrutan de una sorprendente impunidad».
Y para evitar la impunidad, Merino cree «necesario restablecer como norma ese ´juicio de residencia´ que se hacía a los virreyes coloniales cuando terminaban su mandato».
«Los políticos, tanto los nuestros como los de los demás países democráticos, con independencia de que actúen con buena o mala fe, deberían responder públicamente de sus decisiones al final de su mandato, en una especie de auditoría que debería estar legalmente promulgada», opina el escritor.
* Esta nota de prensa ha sido consecutivamente publicada en:
· PÚBLICO 18/05/2012
· EL CONFIDENCIAL 18/05/2012
· TERRA NOTICIAS 18/05/2012
· QUÉ Diario 18/05/2012
· ACTUALIDAD ORANGE 18/05/2012
· DIARIO DE NOTICIAS 19/05/2012
· NOTICIAS DE NAVARRA 19/05/2012
· LA CRÓNICA DE LEÓN 20/05/2012
Agencia EUROPA PRESS, 16/05/2012 *
José María Merino: «Tengo la misma o más curiosidad ahora que hace 20 años»
Páginas de Espuma publica ‘La realidad quebradiza’, una antología que rescata los cuentos más significativos del escritor
«Tengo la misma o más curiosidad ahora que hace 20 años», ha manifestado este miércoles el escritor José María Merino, con motivo de la publicación de ‘La realidad quebradiza. Antología de cuentos’ (Páginas de Espuma), una recopilación de sus relatos más significativos cuya edición ha llevado a cabo el también escritor Juan Jacinto Muñoz.
Este libro reúne relatos de ‘Cuentos del reino secreto’, ‘El viajero perdido’, ‘Cuentos del barrio del refugio’, ‘Cinco cuentos y una fábula’, ‘Cuentos de los días raros’, ‘Las puertas de lo posible’, ‘El libro de las horas contadas’, casi una veintena de minicuentos así como una conversación entre los dos escritores.
Los relatos «intensos, poderosos y ágiles» de este autor ponen de manifiesto una evolución en su literatura. «Mi primer libro de cuentos pertenecía plenamente a lo fantástico, que ha ido cambiando hasta lograr un equilibrio con lo raro», explica Merino en declaraciones a Europa Press.
Según Muñoz, en estas páginas se rescatan aquellos cuentos que hoy siguen siendo «modernos» y todos los que «han envejecido mejor», con el fin de «acercar a un público más joven la obra de Merino y mostrar así a un autor muy dinámico y adelantado a su época», ha señalado.
Sus primeros libros de cuentos afrontaban el género «fantástico más clásico», que después personaliza, como se observa en ‘Cuentos del barrio del refugio’, «de más madurez». En este libro, explica Muñoz, los cuentos se unen y se encuentran más asuntos biográficos, se empieza a ver la experiencia personal posterior, de vida adulta, entramando todos los relatos y haciendo que funcionen como conjunto».
Finalmente, en ‘Las horas contadas’, su último libro, se observa una «madurez completa, donde el propio personaje reflexiona sobre los temas que se abordan. Es un círculo que abarca todo», ha indicado.
«LO EXTRAÑO DE EXISTIR»
Este paso de la fantasía a lo extraño, «pasando por la ciencia ficción», explica el título del libro, pero también la visión de la realidad con la que aborda sus relatos. Preguntado por la fuente de sus relatos y por aquello que arranca su imaginación, Merino no duda: «Lo raro y lo extraño de existir». «El escritor es una especie de mirón o de fisgón que ha de estar preparado para ver lo raro de la realidad», afirma.
Merino nació de forma casi «accidental» en La Coruña, aunque vivió su infancia y adolescencia en León y su etapa universitaria y su madurez en Madrid. «El escenario es un personaje tan importante como la conducta de quienes se mueven en él», afirma. Por ello, cada lugar en el que está «emite guiños», un mensaje que hay que «saber utilizar».
Tal y como señala Juan Jacinto Muñoz en el prólogo de este libro, muchos de los relatos de Merino pasean por las calles madrileñas que confluyen entre Fuencarral, el barrio de Malasaña que, en palabras del autor de estos cuentos, «está lleno de cosas raras».
EL «SUPER EGO DE LOS ESCRITORES»
Para Merino, la literatura es un espacio donde «experimentar», aunque también es un «esfuerzo artesano» que requiere, a su vez, un «esfuerzo físico». En España, a diferencia de otros países, existe lo que el autor denomina el «super ego» de los escritores.
«Parece que la escritura forma parte del alma», señala. En cambio, considera que los editores pueden ayudar mucho en la labor de creación. «Yo estoy abierto a los comentarios».
La intensidad que se consigue en el cuento exige un lector «más experimentado», por lo que afirma que «el cuento en España no es un problema de autor sino de lector». A su juicio, este género debería ser el primero que se leyera en las escuelas. Sin embargo, lamenta Merino, «el profesorado no tiene bagaje en esa materia».
* Esta nota de prensa ha sido consecutivamente publicada en:
· TELECINCO.ES 16/05/2012
· LAINFORMACIÓN.COM 16/05/2012
· DIARIO SIGLO XXI 16/05/2012
· TERRA NOTICIAS 16/05/2012
· YAHOO NOTICIAS 16/05/2012
· TEINTERESA.ES 19/05/2012
· EL ECONOMISTA 16/05/2012
· LA VOZ LIBRE 20/05/2012
Opinión de Libros, 21/02/2013
Por Pilar Moreno Monteverde.
Decía Horacio Quiroga, en su “Decálogo del perfecto cuentista”, que un cuento es una novela depurada de ripios. No cabe duda de que José Mª Merino (La Coruña, 1941) -uno de los grandes embajadores del cuento español, miembro de la RAE y galardonado con numerosos premios-, tomó en su día nota del consejo quiroguiano y demuestra hoy su vasta experiencia en La realidad quebradiza, un puñado de relatos y microrrelatos (recopilados con gran acierto por el también cuentista Juan Jacinto Muñoz-Rengel) que constituye en realidad un repaso cronológico de toda una vida dedicada a la creación de pequeñas –y no tan pequeñas- ficciones en sus mejores libros de cuentos, como los Cuentos del reino secreto, los Cuentos del barrio del refugio; los Cinco cuentos y una fábula o Las puertas de lo posible, entre otros.
Pero Merino no es solo uno de nuestros mejores cuentistas, es también un imaginativo creador de literatura fantástica, esa que David Roas define como aquella que muestra la convivencia conflictiva de lo real y lo imposible. Y es que, en palabras del propio Merino tomadas de su prólogo a Cuentos de los días raros (uno de los volúmenes extractados), “frente al sentimiento avasallador de aparente y común normalidad que esta sociedad nos quiere imponer, la literatura debe hacer la crónica de la extrañeza. Porque en nuestra existencia, ni desde lo ontológico ni desde lo circunstancial, hay nada que no sea raro. Queremos acostumbrarnos a las rutinas más cómodas para olvidar esa rareza, esa extrañeza que es el signo verdadero de nuestra condición”.
Como si de un Arquímedes de la imaginación se tratase, Merino parece retar al lector en cada cuento, como diciendo “dadme un episodio cotidiano, corriente y moliente, y escribiré un relato fantástico”. Porque si algo rezuma en los cuentos del coruñés es la imaginación, una fértil –casi prodigiosa- creatividad que parece abonar todos los campos de la literatura fantástica, y que tan acertadamente se dan cita en La realidad quebradiza: la desfamiliarización, el mito del doble (Doppelgänger), las realidades paralelas, la despersonalización, la vida de la materia inerte, la confusión entre sueño y vigilia, las vueltas de tuerca metaliterarias, el vínculo entre lenguaje y realidad, la metamorfosis o… -cómo no- los fantasmas. Todo un catálogo de temas fantásticos entre los que destaca la ficción científica, en la que el autor manifiesta no solo su curiosidad ante la fugacidad y mutabilidad de un mundo futuro imprevisible, sino también cierto tono nostálgico ante la desaparición de lo acostumbrado y conocido.
Y para lograr el efecto de inquietud que lo fantástico persigue, y el desasosiego que lo inexplicable pretende, Merino recurre a todos los ascendientes literarios y cinematográficos que han marcado desde los comienzos su trayectoria como escritor, reencarnándolos en sus páginas a través de camufladas referencias intertextuales sobre Dostoievsky, Twain, Monterroso, Homero, Galdós…; de términos que evocan en la mente del lector al más clásico Asimov (como “Puertomarte” o “espaciopuerto”); o de sutiles referencias a aquella película que transcurría en un tiempo y una galaxia muy lejanos…
Pero… ¿Sólo eso? ¿Sólo un nuevo doctor Frankenstein que resucita a un monstruo formado por miembros muertos de seres que un día existieron? No, mucho más que eso. Porque no sería justo silenciar que, junto a grandes influencias literarias de otros tiempos, del ingenio de Merino surgen, con impronta propia y sin contraer deudas con el pasado, nuevas y sugerentes propuestas, como sus curiosos vocablos (“arcantro”, “psicotensora” o “burgas”) o sus extrañas criaturas, algunas ( los “hadanes”) más familiares que otras (como los artrópodos parlantes, las mariposas gigantes o las espeluznantes esculturas dotadas de vida propia).
Quiroga afirmaba también que, para obtener la vida en el cuento, se debía escribir como si el relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de los personajes, de los que el autor podía haber sido uno. Y como si de un personaje mismo se tratara, el espíritu y la curiosidad de Merino empapa todos y cada uno de los cuentos que escribe: se le reconoce en el ubicuo, caleidoscópico y desconcertante profesor Souto de numerosos relatos; en el misterioso testigo y narrador de Los valedores; en el hombre desplazado y anulado de El derrocado; en el pequeño que descubre la magia del séptimo arte en El niño lobo del cine Mari… Es también su estilo el que impregna sus voces, un estilo evocador, irónico, humorístico, nostálgico, inquietante, salpicado de bellas metáforas, adornado siempre con el adjetivo adecuado. Y es, en fin, su prosa la que envuelve y controla sus vidas, entre juegos de elipsis y analepsis, inteligentes mudas, creciente tensión y… giros sorprendentes que conducen a finales asombrosos.
La antología que Rengel nos propone incluye, a modo de prólogo, un audaz viaje a través de la mente del autor, en el que se nos aproxima a su biografía, se diseccionan sus entresijos y mecanismos narrativos, y se despiezan su memoria, lenguaje y personalidad. Un refrescante aperitivo para un apetitoso menú que, claro está, había de terminar con un suculento postre: una entrevista inédita a Merino que Páginas de Espuma regala a sus lectores y que posiblemente dejará a estos con la misma sensación que deja en el paladar una exquisita vianda: con “ganas de más”.
La realidad quebradiza es, en definitiva, una excelente recopilación de relatos (con preludio y coda) que no sólo introduce al lector en los mundos fantásticos de Merino, sino que lo invita, atrayéndolo y seduciéndolo, a explorar sin descanso esos mundos y a recorrerlos sin demora de punta a cabo.